17 dic 2011

Tiritas


No sé en vuestras  casas pero en la nuestra el mando de la tele tiene una tirita.
El mando siempre lo tiene papá y cuando él no está, lo tiene alguno de los pequeños. A Jaime le priva y se enfada muchísimo si sus hermanos se lo quitan de las manos.

En casa de mis padres ocurre exactamente lo mismo, los cinco mandos que están siempre sobre la mesa, de los cuales sólo uno es el que todos quieren, ¡los cinco tienen tiritas!

En casa de mis amigas, sobre todo las que tienen niños, también tienen el mismo apaño detrás de los botones del mando.

En realidad es cinta adhesiva, pero a los niños les digo que es una tirita porque de tanto usarlo, tirarlo al suelo, morderlo y chuparlo el mando está malito y necesita una tirita, como cuando te caes al suelo y te haces una herida. Y cuela, después de la aplicación de la tirita, parece que lo tratan con más cuidado, aunque a los dos días se les olvida.

Mis hijos, sobre todo Isabel, se pirran por las tiritas y cualquier excusa es buena para ponerse alguna. Al principio se conformaba con las tiritas sencillas, color nude que en casa llamamos tiritas de mayores, pero un día entraron en casa las de cars, las de pricesas y las de Hello Kitty y desde entonces sólo quiere esas.
No es que yo las comprara, ¡qué va! Me tocaron en un reparto de la oficina y cometí el error de llevarlas.

El primer paquete de Princesas duró menos de una tarde. El día que se hizo una herida de verdad y necesitamos poner una tirita en la pierna le prometí que sería de princesas, como ya no había en casa, tuve que ir a comprarla a la farmacia.  Con la niña llorando, como si de la pierna se le saliera la vida, y coja, cojísima, llegué a la farmacia, las compré, se la puse, se calmó y el camino de regreso a casa lo hizo menos coja. ¡Maravilloso placebo!

Desde entonces intento que en casa sólo haya tiritas de mayores, que salen más baratas  porque el paquete me dura meses.

Ahora cuando se hacen una herida les pongo crema mágica, les doy un beso y les abrazo un rato. ¡Creo que es mejor que una tirita!

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