22 nov 2017

Desde Valencia vinieron

Hace dos  fines de semana, más o menos cuando la crisis Calatana había perdido su interés en los medios internacionales y ya ninguna estación de radio abría las noticias con la rebelión de Puigdemont, vinieron de visita los primos de Valencia.

Hacía tiempo que no venía gente a casa así que había ganas de recibir, de compartir y de pasar unos días en familia.

Llegaban el viernes a medio día así que tocó cancelar todas las actividades de los niños, pero a mi no me importó en absoluto.

A los que sí que les importó un poco fue a los niños, sobre todo al impetuoso Alvaro, que pronto se aventuró a hacer un drama diciendo que " es el día peor de mi vida porque no puedo ir a Tenis con mis amigos y mañana no podré jugar al fútbol, esta vida no merece la pena", y cosas de este estilo. A veces Alvarillo es un poco drama man.

Fue él el que me acompañó al aeropuerto a recogerles, y cuando los vió, se borraron de su cara y de su cabeza todas las expresiones de "esta vida es una mierda" que le rondaban.  Los llevamos a casa y  enseguida fuimos a pasear por nuestro bosque. La verdad que ahora en otoño el bosque está más bonito que nunca.

El sábado nos fuimos a pasar el día a Colonia, tuvimos un poco de mala suerte porque la Catedral estaba cerrada, el motivo: comienzo de los preparativos del Carnaval. A cambio: toda una ciudad alegre llena de gente disfrutando disfrazada de todo lo imaginable. Ganaron los payasos. Pero yo me quedo con el disfráz de patito cogiendo en brazos a alguien.
Comimos en un italiano una pasta riquíisima y visitaron el museo de Chocolate.
Volvimos a casa y descansamos de tanto zascandilear entre el frío.

El domingoel plan fue parecido pero enm Dusseldorf, comimos en Vapiano, una cadena de comida italiana que te la hacen en el momento y que si no está ya en España... poco le queda para llegar. Estaba todo riquisimo. Después nos despedimos y los dejamos en el aeropuerto.

Fue un fin de semana muy chulo, a pesar de la cantidad de gente que éramos, lo pasamos estupendamente y nos organizamos super bien.

En un momento del fin de semana, cuando Alvarillo subió a verme mientras terminaba de arreglarme para salir me dijo; " me encantan las primas y el primo, que suerte tengo". No le dije el famoso "te lo dije", lo cambié por un "a mi también" y bajamos para estar con todos. ¡Ojalá vuelvan pronto!





Noviembre

¡Uy!, si es que el tiempo pasa volando y no hay manera de sentarse un rato a escribir.

 Éste va a ser mi propósito para el nuevo año. Tengo que empezar a proponerme las cosas ya, porque luego me pilla enero desprevenida, y enseguida estamos en abril y de abril a Navidad hay un suspiro , y así de rápido pasan los años.

Este año, que ya está casi a punto de terminar, conseguí cumplir todos mis propósitos: adegalzar tres kilos, dejar de fumar y ... había otro pero ya no lo recuerdo.

Los tres kilos los he recuperado así que vuelven a entrar en el saco de los propósitos, no hay quién se los quite de encima... Pero lo de dejar de fumar... eso sí ha sido el mayor de los logros y cuando lo pienso, los kilos no me duelen tanto.

Y el último de los propósitos para el nuevo año, quizá tenga que ver más con mi alma y no tanto con mi cuerpo, habrá que dedicarle tiempo al alma, ¿no?

Y a noviembre le quedan a penas unos días. Y justo el último de todos Jaime cumple 7.
 7 años el rufían ( en el sentido jocoso y con tono amable, nada que ver con el diputado de mismo apellido totalmente deleznable).
 7 años de esa lengua de trapo que tiene mas lógica en movimiento que nadie.
 7 años de llantos por nada, pero ahora también de risas por mucho.
 7 años de payasadas contínuas que nos quitan las penas en un segundo.
 7 años de generosidad a raudales.
 7 años de busqueda de la justicia.
Y es Jaime el que cada día pregunta si ha llegado su regalo, el que mueve la ficha del calendario, el que con una sonrisa sentencia que, "queda un día menos".
Así que en casa, para mi, noviembre es Jaime.