7 nov 2020

El Gym de las campesinas

No es nuevo que no piso un gimnasio para ejercitarme desde 8 de EGB y más tarde frecuenté uno en Chamartín porque a mi amiga del alma del momento le gustaba un tipo y había que hacer piña de amigasquesudanyvanaveraltipoquelegusta.  Hoy, creo que unos veinte años después de solidarizarse con mis amigas, confieso que sigo sin ir al gimnasio, sin dudar, sin ponerme toda roja frente al tipo que me gusta. 
Hoy, me ejercito sacando cada día media hora a los perros, dos veces. Limpiando y aseando la casa cada día y sobre todo, haciendo las limpiezas de primavera y otoño en el jardín. Ojo, metiendo tripa y apretando glúteos, todo el tiempo que puedo. 
 Esa recogida de hojas, esa poda me deja muerta. Baldada. Tullida por un par de días o una semana. Ahora eso sí, siento que quemo todo y hasta se me afinan los brazos y las piernas. 4 veces al año y cada miércoles dos horas de limpieza en el jardín, más suave. Eso me permitirá llegar a viejecita en buena forma, como mis vecinas, que a sus ochentaypicomuchos años llevan un ritmo envidiable. Ese es mi objetivo. Ese y tener el espíritu alegre y divertido. 
Queridos hijos, que no os engañen, el deporte es magnífico para el que le guste, pero la vida puede ser muy activa haciendo lo cotidiano.
Se trata de mantener el cuerpo sano y el alma limpia y alegre. No se os olvide.

No hay comentarios:

Publicar un comentario