15 años de experiencia laboral en medios de papel y digitales y acabar trabajando en una empresa de alguien a quien ni conoces, con una jornada completa, de 9.00 a 14.00 y de 16.00 a 18.30, por 1200 euros al mes... Creo que ha llegado el momento de hacer de mi vida mi trabajo, esto es. Si para que yo trabaje, me tengo que gastar en una empleada 800 euros al mes más la manutención, andar todo el día corriendo de un lado a otro y perderme la maravilla de vivir y ver crecer a los tres soles llorones que tengo en casa... No gracias, creo que paso. Pero paso porque he comprobado que soy mucho mas feliz cuidando de mi familia que trabajando en una empresa, pero como necesito cash y no quiero oxidarme creo que...
Voy a lanzarme, y voy a intentarlo por mi cuenta. Ando madurando otro blog... Este útil, práctico, para madres. Y voy a compaginarlo con mi vida con hijos, que para algo los tengo, y voy a buscar algo de free lance- así que ya sabéis, estoy en búsqueda de colaboraciones periodísticas, aunque el periodismo esté en crisis, como casi todo lo que me rodea...
Y dicho esto os cuento la última, es de hoy, así que esta calentita.
Esta mañana, después del partidazo que Nadal ha jugado en Australia, vestimos a los niños con los trajes de nieve-comprados en Decathlon en Navidad- y nos subimos a la Pinilla, en Segovia.
Vestirlos no ha sido tarea nada fácil.
Isabel, tan buena..., no le cabían sus botas con los calcetines gordos de esquiar, así que ha tenido un momento de ofuscación, pequeño, nimio, comparado con el momento que ha tenido Alvaro. Al que le molestaba el traje de esquí porque era gordo, "mamá , este traje es gordo, me incomoda, es gordo, mamáaaaaaaa!,no lo soporto, que traje mas tonto!" Todo esto lo gritaba mientras se retorcía en el suelo como si le picara la piel y estuviera bailando breakdance. Al final no sé exactamente como se ha calmado, pero lo ha hecho. Jaime, que el pobre está con esas fiebres extrañas propias de los mocos y los cambios de temperatura, milagrosamente no ha dicho nada del traje, ni del calor que estaba pasando- creo que ha sudado la fiebre antes de salir de casa porque no ha vuelto a tener fiebre en todo el día.
Pasado el trance de los vestidos y las botas hemos puesto rumbo a la Pinilla, y para nuestra sorpresa, estuvimos el miércoles, no había nada de nieve en sus cercanías, así que para su padre y para mi ha sido un fiasco, pero ellos... Ellos han gozado la nieve del parking como si estuvieran en los Alpes.
Guerras de bolas, muñeco de nieve, fotos, más guerra de bolas, nieve que cae por la espalda de papá, papá que se aburre, se enfada y se cansa, escased de nieve, mamá que hace fotos que ni se ven por el reflejo del sol y la cámara de su teléfono que no es tan buena, búsqueda de nariz para el muñeco, niños que se lanzan a la nieve, niños agotados...
Lo han pasado pipa! Así que no quiero ni pensar el día que los llevemos de verdad a esquiar. Si sólo con la nieve del parking han disfrutado de esa manera... Con qué poco se contentan y lo pasan bien los niños.
En el viaje de vuelta los tres al unísono, mientras pasábamos por Buitrago del Lozoya, antes de quedarse dormidos, le han preguntado a su padre "Papá, es verdad que el abuelo Ignacio mató a un dragón en este pueblo del castillo?" Álvaro padre ha contestado , "no" , a lo que han respondido, "mentiroso!" Y han caído fritos.
Hace dos fines de semana, en un intento de ir a buscar la nieve y no hallarla los llevamos a pasar el día a Buitrago, hacia un día espectacular, pero se nos hizo tarde en la salida de casa y no querían ni andar, así que les contamos una historia rocambolesca de dragones y el abuelo Ignacio, D.E.P. Esta claro que se quedaron alucinados y la historia les encantó, porque hoy han reconocido el pueblo de la hazaña y la mentira.
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