Hasta mañana por la tarde no podré contaros mucho, pero desde luego que os lo contaré. Hay muchos y nuevos proyectos en mi vida y todos ellos ilusionantes, pero me prepararlo todo me deja a penas sin energía para sentame cinco minutos y escribir el post.

El domingo, ya en casa, decidimos pasarlo a la madrileña, es decir, ir al Retiro con los niños en plan bucólico. Ver sus payasos, disfrutar con sus marionetas... De bucólico nada. Se nos olvidó la maldita manifestasción del centro así que estuvimos dando vueltas a la zona del parque durante ¡una hora!
Por fín lo dejamos en el magnífico parking nuevo de Serrano.
Salimos al Retiro y lo malo es que al menos un millón y medio de personas, manifestantes, turistas y domingueros, como nosotros, habían pensado hacer el mismo plan.
Lo bueno es que iban en sus bicis y la gente se apartaba a su paso. Dimos un pequeño paseo y salimos pitando.
Comimos en un restaurante familiar, con helado incluido. Pero también nos costó llegar, tuvimos que atravesar una marea humana, llena de banderas rojas, tricolores. ¡Que cómo no! Llamaban la atención de Isabel y también quería una.
Lo mejor de todo es que los niños se portaron fe-no-me-nal., se lo comieron todo y no tuve la sensación de pagar para tirar la comida. ¡Qué gusto!
¡Se están haciendo más buenos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario