8 may 2018

Volando voy...


Volando, así se me han pasado marzo y abril.
Ya no sé ni que hicimos.
Pasamos la semana santa en casa, asistimos a los oficios y estuvimos preparando la casa para la Primera Comunión de Alvaro. Sí, fue eso. Los niños como siempre unos cracks! Me ayudaron muchísimo.

Luego vino la familia; mis padres, mis hermanas, mi cuñado y mi sobrino... Celebramos con amigos- de esos que se van haciendo un hueco de familia en nuestras vidas- y  lo pasamos estupendamente. Claro, claro que soy de las que se histeriza cuando hay un evento familiar y quiere que todo salga bien. Y salió bien, muy bien, porque lo pasamos genial, yo al menos, a pesar de la histeria.



Luego llegaron las notas de los niños... Ay! Las notas... No es que vayan mal, que van bien, pero todos podrían ir mejor, así que llegaron los toques de atención, para que no se duerman. Para que se esfuercen un poco en  la recta final del curso.  Así que toco el momento del fuera: fuera auriculares que aislan de la vida familiar y no concentran tanto como uno cree, fuera videos de you tube que explican videjuegos a los que no se pueden jugar y cuidan poco el lenguaje (hemos notado un aumento considerable de vocabulario soez en castellano de Jaime), fuera videojuegos de futbol, de comandos, de cualquier tipo. Quedan permitidas las series de televisión en alemán, sin tiempo definido. Y es de obligado cumplimiento leer cada tarde al menos 10 minutos ( que siempre son algo más).



Entre todos nos estamos leyendo el Principito en alemán. Primero lee Jaime, luego leo yo, y luego Alvaro. Isabel no tiene problemas, porque se lee todo lo que cae en sus manos, y el padre de mis criaturas no tiene tiempo ni ganas de leer en alemán.



Después llegó Macarena, mi ahijada, y aquí estamos. De resaca de Bautizo. Saboreando aún el fin de semana familiar a su lado, y al lado de mis padres y hermanos.



( Cuando pueda subo fotos)




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