21 ago 2014

Si fuera fan, hoy habría llorado

A pesar de mis horarios la casa se siente vacía, así que para no notar la soledad cuando llego pongo el disco de Fito y canto con él como una fan desatada en pleno concierto mientras termino o empiezo lo que tengo entre manos, que no es poco. 
Hoy le daba vueltas al fenómeno fan, lo cierto es que nunca he sido fan de nada. Ni en el colegio, ni en la universidad, ni ahora. No llevaba fotos de grupos, ni de actores, ni de modelos en la carpeta. Tampoco seguía fervientemente a ningún cantante. No moría por asistir a conciertos, ni hice grandes colas para ver a nadie. Siempre he seguido el mismo estilo de vida y he vestido como creía más conveniente, sin caer en las modas del grunge, rock, punky, boho... Creo que en este aspecto he tenido una juventud sosa. Muy Sosa. 
Tengo amigas que según la época han vestido de un modo u otro, que han cambiado de grupo favorito miles de veces y han sido gruppies de casi todos los cantantes de éxito. Hoy me he acordado especialmente de Elena, seguidora, admiradora y fan- sin pasarse que ya tenemos una edad- de Bumburi y su Héroes del Silencio.  Elena, si estuvieras en mi situación hoy, habrías llorado. De emoción. 
A las 12.20 con Jaime en el coche, de vuelta a casa, la radio puesta, sintonizada en una frecuencia x, han sonados los primeros acordes de las guitarras de "Entre dos tierras" y al instante la he reconocido, cómo no!  Y como si fuera una fan desatada, he subido el volumen y le he dicho ha Jaime, "esta es buena" y me he puesto a cantar con él. 
Es extraño, la música patria hace mil veces mas ilusión cuando la escuchas fuera de contexto. La saboreas como si fuera un íntimo amigo al que has dejado atrás.  
Como no soy una súper fan, no he llorado de emoción, pero si me ha emocionado escuchar la canción en la radio, esta emisora me ha ganado.
 Y dicho esto, tengo que confesaros una cosa, la casa a pesar de tener a dos a partir de las 12, se sigue sintiendo vacía. Se echa en falta a Alvarillo. Será porque si él no esta, nadie habla, nadie se pelea y Jaime cae rendido de aburrimiento pues Isabel no le da chance para hacer pelas por el suelo, como los perrillos. 
Se siente tan vacía que hoy he ido a recogerle a las tres, después de solucionar un escape que Jaime ha tenido en el sofá del salón.  Cuando he llegado a su guardería le he visto feliz, corriendo, jugando con una profesora nueva. "Mamá, ya estás aquí? Déjame un rato más! No me quiero ir a casa" 
Qué emoción, yo que me voy cada día con el corazón en un puño porque veo que no se mete en el edificio  hasta que yo desaparezco por la esquina de la calle. Yo que creo que soy una mala madre por dejarle en horario extendido. 
He aprovechado esos minutos más de juego para preguntarle a su profesora si Alvaro entiende las órdenes y va hablando poco a poco y sí! Me ha dicho que sí! Que avanza bien, que entiendo prácticamente todo y que cada día aprende una palabra nueva y las usa!  
No me lo puedo creer... Que capacidad la de los niños, la de todos! 


20 ago 2014

Lo que me ha durado la vuelta al colé...

Hoy era el día más esperado del año para mi. Hoy todos empezaban un nuevo curso y yo por fin iba a tener el tiempo suficiente para poner todo en orden, no hacer nada, hacerle el jesusito al bebe de Antoinette, arreglar armarios, preparar ricas comidas y cenas... Hoy era el día.

Como de costumbre, desde que llegamos a estas tierras, el despertador ha sonado a esa hora intempestiva que yo nunca pensé que sería capaz de levantarme:6.30 am. Una ordinariez! Veloz y diligente me he levantado de la cama, sacándome las sábanas con pura morriña para darme una ducha y lavarme el pelo, que es una tarea larga, pues ahora que lo tengo a mitad de hombro lo tengo que secar antes de salir de casa si no quiero cogerme un pasmo. 
He despertado a mi buenesposo y a los niños. He preparado desayunos y por mucho que han corrido todos... Hemos vuelto a llegar tarde al colegio. 
Cuando llegábamos para dejar a Isabel me he encontrado con la buenaza de Mari, que me ha acompañado a preguntar a Frau Olbertz, la profesora de Isabel, si hoy mismo Isabel empezaba su horario extendido al que la apunte en mayo.  Qué buena es Mari. 
Después hemos dejado a Álvaro, que como de costumbre ha llorado. Y luego a Jaime, que se ha quedado tan pichi. Eso sí, la que se ha quedado con cara de pez he sido yo cuando su profesora Frau Müller me ha dicho que Jaime no se podía quedar hasta las 16.00, porque iba a ser un sock para él, ganas me han entrado de explicarle que mi hijo lleva en el colegio ya dos años y que tal vez el shock sea escucharle llorar al despertar de la siesta, pero me ha parecido de mal gusto adelantarle a la buena señora las reacciones de mi pequeño, así que le he dicho que sí, que estaría de vuelta a las 12,15. Con las mismas, he llamado a mi buen esposo y le he dicho tan catastrófica noticia. 

No es que no quiera tener a los niños en casa, no. Es que necesito la mañana libre para ir a la academia a aprender alemán, porque no quiero que me pase lo que me ha pasado esta mañana, de vuelta de la guardería de Jaime. 

Pasaba caminando por la panadería y he comprado cinco panecillos, perfecta la compra porque ya se decirlo. Cerca de la panadería hay una carnicería con una pinta maravillosa. Me he envalentonado y he entrado, he preguntado si hablaban inglés, "nein", así que en un alemán para indios les he dicho que quería carne para roast beaf, a fin de saber el precio y comprarla. Me han enseñado un hermoso trozo de carne, que costaba un ojo de la cara, es decir 50 euros, y pesaba 1,500 gramos, así que amablemente les he dicho que era muy caro y me he ido. "Si supiera aleman habría preguntado a cuánto esta el kilo de carne para roast beaf y no habría dado tantas vueltas la señora a la hermosa pieza del mostrador", todo esto lo pensaba mientras iba de camino a casa, agobiada, pensando que mi día de tranquilidad se acababa a las 12.15, sin atisbar que podía empeorar la cosa, renunciando a mis planes de orden, costura... Y post poniendo mi academia para septiembre- calculo que para entonces Jaime ya se podrá quedar hasta las cuatro de la tarde, como Alvaro e Isabel.
He entrado en casa feliz, sin prisas, con una lista hecha de recados por hacer, dispuesta a liquidar el orden diario de mi hogar en dos patadas y dejar una rica comida lista para calentar. 
Cuando ya había terminado de hacer todo me ha llamado la buena de Mari para decirme que en el colegio no tienen constancia de que Isabel se quede en Rapunzzel, dícese del horario extendido. Casi me pongo a llorar, "yo mandé el papel, yo mandé el papel" le he repetido a Mari como si fuera un mantra. Cuando he salido del shockpostnoticia, Mari me ha dicho que debía ir a buscar a Isabel a las 11.30, de nuevo mi mantra "pero... Yo mandél papel, yo lo mandé". 
Así que nada que hacer. He recogido a la niña a las 11.30, después de hacer lo que he podido, he vuelto a casa a terminar la comida y cuando mibuenesposo ha entrado por la puerta he salido veloz a recoger al pequeño. 
En definitiva, de momento me quedo con dos pa'l resto del día. Álvaro se queda hasta las 16.00 comida  incluída. Mañana intentaré poner orden en este caos del horario extendido, y recogeré a Isabel a las 9.45, si yo también pienso que pa ir dos horas es tontería, pero es lo que nos toca, así que el resto de recados que tengo por hacer los haré con ella, al menos ya no da tanta lata como cuando era más pequeña. 

Pues eso, lo que me ha durado la vuelta al colé ha sido el cantar de un vizcaíno. Agur.


19 ago 2014

Me veo en mi mente

:Si algo tiene estar ya en otoño es que te entran unas ganas locas de renovar armario... Yo por mi lo renovaría entero. Donaría mi ropa y volvería a empezar. Llevo no se cuántos años con la misma, hasta mi hija Isabel me dice "mamá, siempre vas igual" a lo cual le digo que no quiero comprarme todo lo que me gusta  porque no lo necesito, que la ropa está bien y que me queda perfecta.  En realidad pienso que sí, que siempre voy igual, pero prefiero ahorrar para la cómoda del cuarto de invitados, o el armario de fuera de temporada o adornos de Navidad. Aunque en verdad pienso que mi vestuario necesita piezas nuevas.

Lo bueno es que por aquí no puedo ir de paseo a ver tiendas porque a penas hay tiendas, lo malo, lo malo es que tengo todas tiendas de internet a golpe de dedito y se me antoja cada cosa... 

Para este invierno, que va a ser frío, frío, lo veo en mi mente-como dicen mis hijos- creo que voy a estar en esa línea que venía manteniendo, entre sport y súper sport pero tengo que encontrar los pantalones adecuados y las botas perfectas. Las estoy buscando por todos lados, pero nada. No veo las que necesito. Si veo, en mi mente, unos outfits ideales, a base de pantalones anchos, botas, camisas sport, y chalecos de pelo. Pantalones pitillo, deportivas, jerséis amplios y calentitas. Faldas largas, camisetas y car digan con bufandas de pura lana. 

Me veo con cinco kilos menos-realmente me sobran tres, pero si me marco un objetivo mayor,no recuperaré, lo que pierda, tan pronto- Ya he comenzado la dieta. Básicamente se trata de fuerza de voluntad para no acabar con las galletas de los niños, y fuerza de voluntad para comer la fruta que ellos no se comen. Y como siempre, beber mucha agua, comer un poco de todo, evitando los hidratos de carbono por la noche y hacer ejercicio. Que en mi caso es fácil, pasar de cero a dos es fácil. 
Llevo dos días, y de momento puedo decir que bien. Que estoy ejercitando la voluntad. Que ya el autoengaño lo tengo controlado y que espero la semana que viene haber perdido algún kilo. 

La operación

Bienvenidos al otoño. Si, al otoño. Aquí ya estamos con calcetín, camisa de cuadros y vaqueros largos. No he sacado los impermeables porque me da pereza abrir el armario donde los tengo guardados y más si pienso que aún tengo que lavar los trajes de baño y las camisetas de verano, que no usaré hasta el año que viene. 
Tengo una prima que vive en Bruselas, sabiamente me dijo en una ocasión que, "en estas tierras una no hace cambio de armario, lo tiene todo a mano porque el día que hace sol y no llueve, te vistes y vistes a los niños como si fuera pleno verano", lo cierto es que cuando sale el sol aprieta, pero sólo cuando sale. 
Y dicho esto, os cuento que ya tenemos fecha para la operación de Alvarillo, nada importante ni urgente, tres hernias, una umbilical y dos un poco más arriba del ombligo. Le operarán el 30 de octubre.
Lo mejor de todo es que esta mañana yo sólo estaba programada para dar desayunos, dejar comida hecha y preparar niños para ir al médico. Mucha tranquilidad y mucha oración interna pidiendo no perder el control al volante por calles desconocidas de pueblos alemanes, pidiendo entender al médico y a las enfermeras... En definitiva, pidiendo que todo fuera bien. 

Una vez más, he tenido más suerte que nadie! 

He llegado a la primera, he aparcado y he puesto el papelito de la hora, si, me ha parecido extraño, pues es la primera vez que veo las maquinitas en esta zona.
He llegado al centro médico, le he explicado que tenía cita hoy. Así, medio en inglés medio en aleman patatero. Me han pedido la tarjeta del seguro y me han dicho que espere en la salita. 
Cuando nos han llamado, hemos pasado a ver al doctor, que sorprendentemente sabía hablar español y nos hemos entendido genial. Me ha explicado cómo va a ser la operación, cuuánto tardan, lo que van a hacer, cuándo tengo que llegar y el preparatorio de Alvarillo. Súper!
Después me ha dado un formulario para los de anestesia... Mal plan, todo en alemán. Así que les he preguntado si lo tenían en inglés, nein!
Pero han sido tan amables de llamar a un médico para que me dijera en inglés lo que ponía y lo hemos rellenado en dos minutos. Me ha vuelto a explicar el preoperatorio, me ha dicho que debo comprar unos stickers para la cirugía y ponérselos a Alvarillo una hora antes de la intervención y debe llegar en ayunas. 
Ya tengo todo apuntado en la agenda para que me vayan saltando las alarmas de todo lo que tengo que hacer-recogida de volantes, ir al pediatra, comprar stickers...- cada cosa tiene su tiempo porque la receta en cuestión caduca y cada cosa tiene sus plazos.

Después, ya en casa, he dado de comer a los niños y... Eso de hacer la comida a las 9 de la mañana sé que puede dar pereza, pero oye, qué gusto! Llegar y tenerlo todo hecho. Listo para dar un calentón en el micro, y lo mejor, estaba delicioso! Les ha encantado!! Y a mi. 

Esta bien estar en casa, aunque estemos en otoño. Esta bien estar aquí, sin tanto miedo a que no te entiendan...
P.D. El doctor de Álvaro me ha dicho, en plan súper majo, que para el 30 de octubre, seguro que ya puedo hablar en alemán con él. Ojalá ... Aunque sea algo más que buenos días!


18 ago 2014

Vacaciones...

No se sí os comente que Jaime comenzó las vacaciones con amigdalitis, bueno, pues poco más de un mes las termina igual. Estoy empezando a estar un poco falta de paciencia con tanta negociociacion para que se tome el dichoso antibiótico! De verdad que sí. Creo que si me dedicara a eso de las negociaciones, en plan profesional, acabaría amenazando al cliente igual que hago con Jaime cuando veo que a los 30 minutos de empezar sigue en sus trece:" Jaime o por las buenas o por las malas..."

Hemos pasado toda la familia una semana en la playa, lo que viene siendo el paraíso de los niños y del buen padre, pero lejos de ser el mío, yo aguanto poco el calor, no me gusta meterme en el mar- prefiero una piscina con vistas al ídem-y me pone de los nervios sentir que me paso el día llena de arena y sal. No sé, no lo puedo remediar. Me gusta mojarme los pies, caminar y a donde voy, no se puede dar un paseo tranquila porque siempre hay demasiadas personas en la orilla interrumpiendo el camino. Yo sería de esas señoras que recorrerían España entera caminando su costa, pero como veraneo en Mallorca y las playas no son tan largas y están atestadas de niños alemanes, también españoles, haciendo castillos, miedo me da pisar uno en un tropezón y tener que apaciguar los ánimos de los teutones veraneantes que se parecen a los cangrejos de Bob Esponja. 
El caso es que a pesar de los pesares, lo hemos pasado bien, y eso que este año, esta semana particularmente, no ha hecho el mejor de los climas, ni hemos tenido la mejor de las playas;calorazo, mar bravo, medusas, algas, dos días de lluvia... Pero aún así hemos sido capaces de disfrutar, desconectar y lo más importante, volver a veranear! 

Hacia tres años que no estábamos de veraneo. Claro, hemos vivido casi los dos últimos en un eterno verano, así que eso de hacer una maleta ligera, comprar toallas para la playa-volamos con esas compañías de bajo coste-quenolosontanto-, llenarnos de tablas, gafas, mini equipos de snorkel, cargar con una bolsa llena de todo eso y pisar una arena que no es que queme, es que arde bajo tus pies, alquilar un pedaló, salir a pasear con los niños a descubrir las cuevas de los viejos piratas que querían invadir la isla... se nos había olvidado por completo. Trasnochar, salir a cenar con primos, amigos y con los propios hijos... Vivir unos días ajenos a horarios, quehaceres y demás rutinas , se nos ha hecho delicioso. 

Otro cantar es esperar estar estupenda en la playa cuando tienes hijos pequeños, vas cargada como una mula y sientes como tu cuerpo se hincha día a día porque la retención es brutal y la evacuación escasa, una semana a mi no me da para estar guapa, comprobado. Así que ni por fuera, ni por dentro, porque mi mal humor ha venido conmigo. Y todo porque los hábitos fisiológicos se pierden en cuanto deja de haber confianza, rutina, y un lugar inspirador. He dicho.

Lo malo es que todo se acaba. Así que ya estamos de vuelta, con el vaquero puesto, la manta a los pies y la chaquetita en los hombros porque en casa, más que agosto, parece octubre, y lo cierto es que, desde aquí, el invierno se divisa eterno... Pero al menos, ya estoy de mejor humor, mi tripa desaparece paulatinamente y los hábitos vuelven a su ritmo.

Ea! A seguir disfrutando de las vacaciones. 



1 ago 2014

Una comida en casa

Un día cualquiera, sobre las 12 de medio día, la cocina de casa, grande, de campo y con chimenea,se prepara para recibir a los cinco comensales de la familia. Sea como sea, hayan o no ido los niños al colegio, la alegría de comer todos juntos con su padre invade la estancia que huele al guiso de mamá -los mejores después de los de las abuelas- . 
Lavadas las manos, ultimo los detalles y comienzo a servir los platos de todos. Isabel bendice, Jaime en ocasiones también. Después a Alvarillo le da un calambre en la lengua y ya no deja de hablar. 
"Sabes papá que hoy fuimos al mercado, que Jaime me ha pegado, que han robado en casa de los abuelos, y menos mal que no se han llevado la ropa interior, porque yo pensaba que dormían desnudos, y además, papá, Jaime no fue al colé, mamá dijo que empezaríamos todos a la vez, así que, qué suerte tenemos, eh? Qué suerte!  Y Papá sabes? Podrías enseñar a mamá  a poner la Wii y así podríamos jugar y hoy vamos en bici, eh? Tienes que volver al trabajo? ".... Hace un parón para beber agua y cualquiera aprovecha para hacer un comentario o cambiar el monólogo pero resulta inútil, veloz y a toda pastilla, sigue Alvarillo monopolizando la conversación. 
Cuando terminan, algunos días dan las gracias, otros, se levantan a jugar o pintar o simplemente descansar. 
En ese ratito corto aprovechamos mi buenesposo y yo a tomarnos una café y hablar un poco. Antes de que los besos y abrazos se reproduzcan como las esporas porque tiene que volver al trabajo. 
Después, cada uno a lo suyo, yo a terminar mis cosas, los niños a jugar y pelearse. Y por fin, todos en paz.