5 jul 2013

Desvelados

Hoy soy un zombi. Ahora que mis hijos por fin duermen del tirón, en rara ocasión vienen a mi cama y vuelvo a ser una mujer dormilona, por fin, - a las que aún no habéis llegado a esto...¡ Todo llega!, ahora que ya formo parte de este selecto grupo de madres más o menos jóvenes que duermen a pierna suelta (hasta que toca pasear al perro, claro) , ahora me despiertan y desvelan los murciélagos.  Increíble pero cierto.
Como ya muchas sabéis , Álvaro papá es un narcótico en lo que a mis bioritmos del sueño se refiere. Si esta en casa, me duermo temprano, estoy tranquila, segura... Se que nada malo puede ocurrirme porque lo tengo a mi lado. Cuando se ausenta, si es por poco tiempo, el biosueño cambia. Lleva toda la semana fuera y también lo va a estar el fin de semana. Esto es, no estoy durmiendo nada. 
También influye que ya hemos abierto la nueva web, aún no tenemos el dominio, pero lo compraremos un día de estos, para todos los que quieran, http://styleinbarranquilla.wordpress.com, va a estar genial, de momento hay poco contenido, pero poco a poco. Eso si, haceros seguidores, que nos viene de perlas! Como decía, yo yéndome por las nubes, hemos abierto y estoy enganchada, me tiro horas delante del ordenador buscando fotos con las que ilustrar los temas y lo que es más importante, haciendo relaciones bloggers  con otros como el nuestro, pero es duro, porque casi no hay aquí en Colombia.
Ayer, ya eran las doce de la noche cuando cansada de brujulear por internet decidí apagar la luz, en ese momento se apagó el aire, lo achaque a una falta leve de tensión en la red de luz, aquí se va a menudo, al poco, un ruido golpea mi puerta- comencé a estar acojonada- y en el momento en que iba a salir por sí era alguno de mis retoños buscando auspicio en mi dormitorio, en ese momento, ¡aaaaaaaahhhh! Grite como lo loca, ¡Milena, Milena!  Un murciélago entró en mi dormitorio mientras yo salía despavorida de él. Bajé corriendo las escaleras de casa, directa a la cocina, a despertar a mi ángel de la guarda. Toc, toc, dos golpes en la puerta y un susurro, Milena, Milena. Nada, sopa, la pobre, no me extraña.  En ese momento, alguien llora en el piso de arriba, es  Isabel, llena de terror, miraba al murciélago que aleteaba en una esquina del pasillo. Desde el último escalón, le digo corre, métete en mi cuarto y haz pipí - lo que me faltaba era que se hiciera pis en el pasillo a esas horas-inmóvil, aterrada, paralizada por el pánico. En ese momento Alvarillo se despierta, ve al murciélago y corre con Isabel,que parece recuperar las fuerzas, y se meten en mi cuarto. Milena al fin se despierta y en ese vaivén, el murciélago se va hacia la cocina, suponemos que sale por el patio y fin de la história/histeria. Milena vuelve a su cuarto, y yo concedo dormir a los niños en el mío. Levanto a Jaime que duerme a pierna suelta, lo meto en mi cama, ocupa más que todos porque duerme con brazos y piernas abiertos, así, como cuando hacen ángeles en la nieve o en la arena. Isabel se acomoda, Alvarillo se instala a mi lado y entre los tres me dejan el filo del colchón. Yo sigo intranquila y no puedo dormir, ¿y si se ha colado por el conducto del aire? ¿Y si vuelve y nos muerde? Los murciélagos trasmiten la rabia... 
Entro en pánico y me desvelo. Me desvelo tanto que hasta he podido chatear un poco con mi amiga Elena, de Telva. Me he visto el video de los 50 años de la revista que me ha visto crecer, en la que me he casado y he sido madre, porque allí, mis compañeras- muchas ya jefas de sección- han vivido mi vida desde que entré el 1 de julio de 1997, ¡ qué fuerte! Por cierto, aún esta en la web y el desfile fue una pasada. Y así, a las dos y media de la madrugada he cerrado los ojos hasta las seis y media.
Hoy Max se ha quedado sin paseo, yo me he levantado tan atontada que he tardado dos horas en estar lista para ir a clase, ir al banco, donde he esperado una hora a ser atendida para nada, porque lo podía haber hecho desde el cajero y encima no me han quitado las comisiones , e ir a comprar comida de Max.  Después lo de siempre, comida con los niños, conversaciones llenas de gracia, y una gran siesta flamenca para evitar seguir siendo un zombi. 
Ea! Ahora a jugar con los niños, actualizar el otro blog y a cenar,de barbacoa, en casa de Ana María, qué ganas! 

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