12 jun 2013

La pandilla basura

Hoy he debido de engordar así de golpe y porrazo unos 30 kilos. Hoy tenía que recoger las notas de mis hijos. Y hoy era la clausura- desayuno de despedida del Club de madres.
Por partes: 
Isabel y Alvaro, principalmente, han tenido unas notas excelentes, tanto que les han dado premio de Excelencia Académica. Sí, hija puede ser una tontería a su edad, pero para ellos no lo es y para mi es un orgullo. De ahí 20 de los 30 kilos. Los otros 10 se los otorgo a Jaime, que sin notas, su informe decía que se había adaptado muy bien a la clase, a sus compañeras y también le han dado un diploma por compartir sus juguetes. ¡Qué mono!
Este premio es a su constancia, esfuerzo, ganas de aprender y también, digo yo, a la adaptación. Porque salir de un país y llegar a otro, sin ningún lazo ni raíz que te amarre, y lograr en un año superarlo todo y que encima te  esfuerces y saques buenas notas... Eso merece un premio. Conozco gente adulta, que sin cambiar de país, le cuesta años adaptarse a una nueva ciudad, es más, muchos vuelven a sus orígenes sin conseguir el éxito.
 Así que como ellos no tienen abuela cerca- las tienen lejos- se lo dejo escrito a la posteridad, ¡Enhorabuena niños, y que vuestras ganas de aprender y hacer las cosas bien se perpetúen en vuestra vida escolar! ( eso es mucho pedir,  ¿no?)

Y dicho esto, os cuento lo siguiente. 
Nunca os había hablado del CLUB DE MADRES. Es un club que con ayuda de Margarita, la directora de Orientación y Familia del Colegio de los niños, ASPAEN Gimnasio Los Corales y Ocean Kids, montamos en febrero. Podéis pensar que menuda cosa rancia, esa de pertenecer a un club de madres, bueno, los pensamientos son libres. Sólo os diré que todas las madres del club están felices de haberse encontrado un club así. 
Por un lado tenemos clases de doctrina cristiana, valores, virtudes, educación de los hijos, afrontar problemas familiares... Lo cual es una gran ayuda. 
Por otro, tenemos nuestros momentos de ocio- clases de cocina en una gran escuela de gastronomía de Barranquilla, intercambio y degustación de ensaladas, comité de elaboración de disfraces para el fin de curso, conferencias: hemos asistido a dos, una sobre cómo nos ayuda la ropa, el maquillaje y el peinado a parecer más jóvenes y guapas, y otra sobre la importancia de dar calidad de vida y dignificar a los enfermos terminales, los cuidados paliativos- algo que aquí en Colombia se necesita y mucho-.
Y también rezamos, rezamos por nuestros hijos, nuestros maridos, nuestras intenciones personales, por el Papa, por el colegio y por una de las madres del club que está muy malita y tiene cuatro hijos, dos de ellas mellizas de la edad de Jaime.
No es el club típico que se podría pensar de mujeres adineradas que llegan a una ciudad y se hacen amigas a golpe de tarjeta, no. Es un club de mujeres normales que se unen para aprender, pasarlo bien y rezar, porque la verdad todas tenemos que dar muchas gracias a Dios por lo que tenemos y por como nos cuida. 
Da la casualidad de que la gran mayoría somos de fuera de Barranquilla, así que también nos cuidamos como hermanas y hasta hemos hecho una guía de asentamiento a la ciudad para ayudar a otras madres que llegan, más o menos perdidas a esta calurosa pero acogedora parte de Colombia. Y la mayor beneficiada de todo esto soy yo, que he conocido grandísimas mujeres, cabezas de familias buenísimas y con maridos estupendos. ( Aunque no lo dicen abiertamente, sabemos que ellos tienen cierta envidia de nuestro club, y les gustaría tener uno de padres... Si Álvaro se animara a formar uno de padres que juegan al tenis o hacen vela...  pero eso lo veo difícil, porque ellos trabajan duro, tanto que todos pasan la semana prácticamente entre aviones y carreteras)

Oiga señora que se pierde y divaga... A lo que iba, el año escolar del club de madres ha terminado hoy, con un desayuno, cortesía de Margarita y el colegio, y con la meta cumplida: Iniciar el club, crear la guía de Bienvenida y dar continuidad durante los meses de verano.
En estos meses no tendremos clases, pero sí que quedaremos para que los niños jueguen, se vean y se diviertan, y nosotras podamos seguir con nuestro plan del club. ¿Chévere no?

Ayer hicimos la primera tarde con niños. Aprovechando que Colombia jugaba contra Perú organizamos ver el partido en casa.  Esta es una pequeña representación de los que vinieron a casa, faltan varios que llegaron tarde, el partido era la excusa.

Ea! la foto de la pandilla basura, y la de las madres... cuando encuentre una digna os la pongo, para que veáis mi pandilla de amigas.




Y para terminar ahora os cuento la última de Álvaro y Jaime. El lunes, que era fiesta aquí, les pusimos un clásico de video, el más clásico de todos: princesas, amores, malos, gigantes, rescates, duelos... Si, les pusimos la película de la Princesa Prometida. Al principio no querían verla, pero enseguida se engancharon. 
Ahora Álvaro asalta cada habitación recitando el famoso "Hola, me llamo Iñigo Montoya, tu mataste a mi padre, prepárate a morir" y moviendo la mano como si tuviera una espada, te mata. Lo mejor es que después entra Jaime, balbucea los finales de la misma frase y copia el mismo movimiento con la mano. Yo me parto cuando los veo, porque la verdad, de todo, menos caballeros andantes. Son muy brutos, pero están para comérselos.

Y por último Max, acaba agotado entre el calor y los mamporros que recibe de los dos niños de la casa. Claramente prefiere estar con Isabel y conmigo, que le hacemos caricias. Pero cuando llega Álvaro padre... ahí Max se delata y el resto del mundo desaparece para él.

Como ya solucioné el tema del cable y ya no tengo que robar wifi a nadie, os escribiré más seguido, eso sí, no prometo nada que me conozco y luego no cumplo la promesa, me lío yo sola.

Por último, os voy a pedir un favor, si alguien sabe como puedo conseguir una visa de trabajo en colombia y cambiar la que tengo- que es de dependencia- que me diga por correo, porque quiero trabajar, y también lo necesito, y sin ella... chungo. Os seguiré informando!

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