5 jul 2012

A este angelito...

Rendido, así acaba el día Alvarillo. Pues bien, yo también. Lo malo es que duermo tan mal (líos, preocupaciones, incertidumbres, niños que se despiertan a mitad de noche, primero uno, después otro, y menos mal que Jaime duerme con Mijaela!) que me levanto muerta y de mal humor.

A lo que iba, a este angelito mío le huelen los pies. Ya lo noté yo cuando era bebé. Soy de esas madres que achuchan los mini pies de sus hijos, sé positivamente que cuando tengan 12 ó 16 no sólo no querrán que les achuche, además les olerán a queso! Así que aprovecho.

En su día se lo comenté a mi madre y me dijo que a lo mejor le bañaba mal ?? Pues no sé, porque siempre lo he hecho igual con todos, agua, esponja y jabón y después, secar bien.

No le volví a dar importancia, hasta hoy. Mi madre me ha dicho "a tu hijo le huelen los pies", cosa que no me ha sorprendido, pero que sí me ha preocupado.

Y qué tontería, no? Pues podría ser. Hace un mes no le habría dado más importancia, pero hoy... Hoy me preocupa. Sí, con la cantidad de cosas que tengo en la cabeza y me preocupa. Creo que me estoy emparanoiando, esto de estar separada del padre de mis hijos me está volviendo una loca silenciosa llena de miedos, el último: que Alvarillo pueda tener una enfermedad en sus lindos piececillos.

A lo mejor es por el verano, que con la piscina y con tanta agua y sudor al pobre le huelen. Ya le preguntaré mañana al médico. Si se soluciona con agua y jabón, genial! Si no, ya os contaré.

A otra cosa mariposa, hoy al volver a casa después de un merienda con dos queridísimas amigas he tenido un recibimiento de esos que no se olvidan, de los que se quedan en la memoria para siempre. Nada más aparcar y salir del coche han venido corriendo Isabel y Alvaro, con sus preciosos pijamas, y me han dado un beso enorme. Detrás de ellos, de la mano de Mijaela, Jaime, también con su pijama y con su gasa de algodón en la otra mano, la movía como los aficionados mueven la bandera cuando juega la Selección. Qué alegría volver a casa! Qué de besos y cosas me han contado! Qué guay que te echen de menos y que guay desaparecer un par de horas cuando el recibimiento es este.

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